Arrancamos el fin de semana en buena compañía. Nos acercamos a la sala Copernico de Madrid para disfrutar de la presentación del nuevo disco de Capitán Cobarde, «Carretera Vieja».
La sala abría sus puertas a las 20h, y no fue hasta las 21.30h que arrancase el concierto con toda la Copernico llena de expectantes que solo querían ver a Alberto Romero, más conocido por su nombre artístico Capitán Cobarde. Hicieron su entrada con una intro, que dio paso al primer tema de la noche, «Marinero» con un público muy agradecido que no hacía más que cantar. Pues aquí pudimos disfrutar del banjo, la sonaja, la mandolina y el acordeón. Finalmente los allí presentes terminaron entre aplausos. Y continuaron siguieron con más temas como: «La Gata», donde disfrutamos del violín entre otros instrumentos, o «El Buen Villano», que fue presentada con las siguientes palabras: «Nosotros siempre hemos sido más de villanos que de héroes». Pues aquí Felix abandona la mandolina para pasar a la guitarra eléctrica, y también pudimos disfrutar de un teclado combinado con la melódica. Además disfrutamos de un encuentro de bajo y banjo. «La Primavera» fue otro de los que allí se desplegaron y como decía Capitán Cobarde, nos venían a traer el calor de Sevilla, su tierra. Aquí volvemos a ver el violín y el protagonista de esa noche sacó su armónica. Como curiosidad de este momento de la noche, decir que las luces estaban bien sincronizadas con la canción, iban sucediéndose a la par.
Con la llegada de «La Canción Del Soldado» nos introdujo en un ambiente cálido, donde además presentó a la banda del Capitán Cobarde. Capitán Cobarde se sentía cómodo sobre el escenario y eso se percibía. Sobretodo fue llegar «Para Mí Eres Tu», y empezó a mostrarse más expresivo y más carismático con relación a la letra de esta canción, ya que con gestos fue representando y dibujando parte del tema. Sin embargo, en «Enano de Ojos Tristes» Raul dejó la batería a un lado y pasó a tocar la tabla de lavar y también volvimos a ver el acordeón. Después de esto llegaron tres temas en acústico: «La Persiana» en un tono más flamenco acompañando de su compañero Félix, quien se mantuvo con la guitarra eléctrica, «Lo Que Importa Y Lo Que No», donde estaba solo con su acústica y la sonaja (marcaba el tempo) y «Mi Estella» versionada en Bluegrass. Más tarde llegaba la canción que más le emociona, porque habla de su tía Rita, que perdió la cabeza durante la guerra al estallarle una bomba al lado suya. Con esto, llegaba «Una Flor», donde disfrutamos del banjo, el violín y el teclado. Después llegó «Alegría» con la que se despedía de todos nosotros diciendo que han venido para darnos un poco de «alegría».
Y cuando creíamos que ya había terminado todo, Alberto Romero volvía. Entonces Alberto se mantuvo solo con el teclado, tuvo su momento de gloria haciendo surgir «Lo Venidero», con ese regustillo a copla que le puso. Después de esto, volvían a escena sus cinco músicos que le acompañan y se hizo brotar «A Volar», la cual dedicaba a su loro Rosendo y dónde percibimos una segunda acústica y una batería más acompasada. A continuación llegó «Jovencito Frankenstein», que presentó diciendo que todos somos unos monstruos. Seguidamente llegaba una historia que escribió tras conocer la anécdota de su amigo alemán Tomás, quien se encontraba en el público en la primera fila. Con todo y con esto llegaba «Hay Un Sitio», que quiso dedicar a su amigo. Y finalmente se marchaban con «Capitán Cobarde», donde colaboró Kike «Babas» Suárez a la voz metiéndose en la piel de un personaje en un ambiente muy teatralizado, donde recito parte de la letra en modo de poesía y terminando cantando los dos juntos, con un guiño que le hizo el propio Capitán al ponerse una boa rosa de plumas sobre su cuello.
Crónica por: Gloria A.B
Fotos por: Pedro Bao