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MARCO MENDOZA + LE FLAM – Madrid (Sala Rockville)

Marco Mendoza en la noche de los power tríos

Poco más de un año ha tardado el estadounidense Marco Mendoza (The Dead Daisies, Thin Lizzy, Blue Murder, Alias, Neal Schon, Whitesnake, Black Star Rider, Ted Nugent, Lynch Mob, Soul Sirkus, entre otros) en volver a la capital y repitiendo además en la sala Rockville, para presentar su reciente disco ‘New Direction’, que supone su cuarto trabajo en solitario, tras los anteriores «Live For Tomorrow» (2007), «Casa Mendoza» (2010) y «Viva la Rock» (2018).

Para abrir el show contaron como invitados con los madrileños Le Flam, un power trío que se mueve entre el rock alternativo y el pop rock, con sonidos de los setenta y formado por experimentados músicos. Sus componentes son el guitarra y cantante Juan Sánchez (ex Dinero), el bajo Francis García (ex Poncho K) y el batería Gonzalo Ramos (ex Rebels).

La banda que surgió en plena pandemia, trabajando on line las composiciones y los arreglos, decidieron el nombre en su primer ensayo juntos. “Flam” es un golpe doble de percusión, un momento o instante dentro de la música en el que aumenta la intensidad y la emoción, como así consideran ellos sus vidas.

Durante 55 minutos, se dedicaron a desgranar su primer álbum «Ahora», desde la inicial “Nivel Dios”, pasando por “Enanos y Gigantes” y “Perdición”. El trío se mostró muy compacto y con un sonido muy orgánico, demostrando las tablas que poseen.

Canciones como la animada “Stratosfera”, que posee un gran juego de coros, marca de la casa, “En un instante”, “Del revés” o “En El Desierto”, consiguieron mantener nuestro interés, a pesar de ser completamente desconocidas para nosotros y para la mayoría del público, viendo cómo se desenvolvían sobre el escenario.

Completaron su actuación con “Sombras”, “Nuevos vientos”, “Creces” y “Canción de amor”, que aunque el título pudiera inducir a ello, no se trataba de ninguna balada, sino de una canción con mucho ritmo y muy efectiva en directo.

Para el final se dejaron “Manic Depression”, una versión de Hendrix que no es de las más trilladas, en la que se vio disfrutar a la banda con la música de un autor que para ellos es todo un referente, y donde nos mostraron la calidad que atesoran. Un grupo que merece la pena que no les perdamos la lista.

Tiempo después para el bajista y cantante de San Diego, que venía acompañado en esta ocasión por el guitarrista Ivan Keller y el batería Mario Lepoglavec, ambos músicos que han acompañado al excelente vocalista croata Dino Jelusick en su gira.

Marco Mendoza, que ha girado con tantas bandas importantes y en grandes recintos, se le ve disfrutar en estas pequeñas salas, manteniendo una buena comunicación y cercanía con el público, defendiéndose en un castellano al que le falta un poco de práctica, pero que resulta efectivo para enganchar y animar a la audiencia.

Su entrada fue con el tema que da título a su anterior álbum “Viva La Rock”, pura adrenalina para dejar claro que la noche iba a ser muy intensa y disfrutable. Tras dar las gracias y decirnos “os quiero mucho”, le tocaba el turno a “Hey Baby”, una versión de Ted Nugent, en la que puso a toda la sala a chascar los dedos al ritmo de la música. Con “Sue Is son the Run”, en la que nos comentaba que se trataba de una chica que se perdió, cerró momentáneamente el capítulo de su anterior disco, para adentrarse en el nuevo con el intenso y adictivo “Take To The Limit”.

La comunicación con la audiencia fue constante, por momentos parecía que estaba tocando para los amigos, pues en “Hole In My Pocket”, una canción de Neil Schon, y tras introducir en medio “Give Peace a Chance” de John Lennon, un himno muy necesario en estos tiempos, se mezcló entre el público en un momento de perfecta comunión y armonía con todos.

El ritmo no bajaba en ningún momento, pues tras la potente “Rocketman”, “Look Out for the Boys”, de su álbum debut en 2007 «Live For Tomorrow», vino una maravillosa y melódica “Shoot For The Stars”, que nos parece una de sus mejores canciones.

En la parte final Marco dio rienda suelta a su lado más de showman y músico versátil, con una casi improvisada “Keep On Running”, donde nos ofreció una buena colección de sonidos emitidos con su boca, mientras golpeaba el micro, para dejarnos dos magníficas versiones, de dos himnos que el talento del desaparecido Phil Lynnott y sus Thin Lizzy nos dejaron, como fueron “Chinatown” y “Jailbreak”.

Tras un mínimo descanso, volvieron de nuevo para ofrecernos una versión casi jazzística de “Higher Ground”, el clásico de Steve Wonder, con lucimiento de Mario, y desembocar en un final con el emocionante “Sweetish Emotions”, con el que se despidió de todos emplazándonos a saludarle y charlar con él después.

No escatimó tiempo tras asearse un poco y salir de los camerinos, para hacerse fotos y firmar discos a todos sus seguidores, demostrando su cercanía y simpatía con todos los que se acercaron a él. Buen tipo y que grandes sensaciones nos deja en cada visita.

Crónica por: José Luis Martín
Fotos por: Charly Rock And Roll

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