La icónica banda de rock psicodélico, Pink Floyd, ha llegado a un acuerdo histórico para vender los derechos de sus canciones a Sony Music por una impresionante cifra de 400 millones de dólares.
Esta decisión sigue los pasos de otros artistas legendarios como Bob Dylan, Bruce Springsteen y Queen, que también han optado por ceder sus catálogos musicales a grandes compañías. En el caso de Pink Floyd, el acuerdo incluye los derechos de música grabada, pero no la autoría de las composiciones, las cuales siguen en manos de los escritores originales.
El acuerdo abarca no solo la música del grupo, sino también el nombre y la imagen de la banda, lo que incluye productos de merchandising, derechos teatrales y otros usos comerciales. Un aspecto interesante del acuerdo es que, también, se incluyen la mayoría de las icónicas ilustraciones de los álbumes de la banda, muchas de las cuales fueron diseñadas por la firma británica Hipgnosis, famosa por su trabajo visual con Pink Floyd.
Entre los discos que forman parte del catálogo de la banda se encuentran álbumes que han marcado la historia del rock, como «The Dark Side of the Moon» (1973), «Wish You Were Here» (1975), «The Wall» (1979) y «Animals» (1977), entre otros. Estos álbumes no solo definieron el sonido del rock progresivo, sino que también dejaron una huella imborrable en la cultura musical mundial.
Aunque la cifra final del acuerdo ha sido de 400 millones de dólares, inicialmente en el año 2022, se llegó a valorar el catálogo en 500 millones, lo que estuvo a punto de concretarse para su venta por esa cantidad. Sin embargo, finalmente fue Sony Music quien selló el trato por una cifra algo inferior, pero igualmente impactante.
Con este acuerdo, Sony adquirirá los derechos sobre la música grabada, la explotación del nombre y la imagen de Pink Floyd, lo que incluye la comercialización de merchandising y productos derivados de la banda. Sin embargo, los miembros del grupo, no obstante, mantendrán el control sobre la autoría de sus creaciones artísticas, un aspecto clave en este tipo de acuerdos.
Este movimiento subraya la importancia y el valor duradero del legado de Pink Floyd en la industria musical, una banda que, décadas después de su auge, sigue generando un impacto económico y cultural a nivel global.
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