Hace unos días publicamos una entrevista con el grupo murciano Brown Beast, continuadores del legado de Siracida. Hoy volvemos a dedicarles unas líneas, en esta ocasión para compartir nuestra reseña del primer disco de la banda. Se trata de «El camino del acero».
Se trata de un trabajo de power metal con algunos toques heavy en el que se nota el estilo de los otros Siracida junto con influencias de otras bandas extranjeras y nacionales. Comenzamos diciendo que la presentación estética del debut discográfico de Brown Beast es llamativo y muy cuidado. La portada es un oso guerrero con dos espadones en lo que parece un campo de batalla desolado. Por otra parte el libreto dedica una página a cada canción con un pequeño texto introductorio y un oso caracterizado de forma acorde al tema, así como una foto final de los componentes de Brown Beast caricaturizados como osos en honor al concepto de bestias pardas que da nombre al grupo.
Dicho esto nos metemos de lleno a desglosar las canciones que componen el CD. El camino del acero comienza por todo lo alto con el corte llamado “La leyenda” en referencia a Guillermo I el Conquistador. Se trata de un ejercicio impecable de power metal épico. Se trata de un tema cargado de velocidad, potencia, un par de cambios de ritmos y un par de solos de los que te dejan con ganas de seguir escuchando más, además de riffs interesantes. También es la primera vez que podemos escuchar al vocalista Víctor en acción en su nueva andadura y deja clara su profesionalidad. En él se notan ciertas influencias de power metal europeo, y se puede decir que es una excelente carta de presentación de la propuesta musical de Brown Beast para este disco, estando entre lo mejorcito del mismo.
Del tinte histórico nos pasamos a una vertiente más novelesca haciendo referencia al pirata literario Capitán Flint en el segundo tema del disco, “Volver a navegar”. Aquí nos encontramos un tema de velocidad media, más relajado que el anterior, y con unas influencias de power metal más nacional que europeo. Destacaríamos de esta canción sus guitarras, y que probablemente a nivel letrístico y de estribillos sea de las composiciones más pegadizas de la banda.
El tercer tema es “El edén”, que en el libreto hace referencia a una cita bíblica del Génesis. A pesar de ser un tema algo predecible, es justo decir que los solos de guitarra son más que notables haciendo que la escucha merezca la pena. La canción cabalga entre toques de power balad con caña y doble bombo. Al igual que en el caso anterior, deja entrever influencias de bandas de metal nacionales.
Continuamos con “Viktor”. Lo más destacable del cuarto corte me parece su melodía vocal y su solo de guitarra. Sorprende que rompe con la línea seguida por el disco hasta el momento para apostar por toques más heavy con cierto Groove, donde la batería, el bajo y los riffs se llevan el protagonismo. No es que sea una mala canción, pero no creo que llegue a la calidad de las anteriores y parece algo más desubicada. De nuevo estamos ante un guiño a la literatura, en esta ocasión al clásico Frankenstein.
Como quinta pista nos encontramos con la canción cuyo título es igual al disco, es decir, “El camino del acero”. Aquí se recurre al mundo de Conan. Como ya presagia ese detalle, estamos ante la vuelta al power metal más rápido, poderoso y épico, recuperando el estilo con el que comenzaba este disco. Salvo que la letra no llega a enganchar del todo, este tema hará las delicias de los más power metaleros, porque lo tiene todo: velocidad, calidad compositiva, virtuosismo, etc.
El ritmo vuelve a caer algo bajando de nuevo a la apuesta por los medios tiempos en el sexto tema, “Invencibles”. El tema consigue mantener el tipo gracias a la variedad que le da la alternancia entre cierta garra y contundencia en las guitarras y la batería y otros momentos más tranquilos, pero tampoco se encuentra entre lo mejor del disco.
El título “templario” deja más que claro que el penúltimo tema de El camino del acero va dedicado a los caballeros templarios. Es un tema potente y power metalero donde el virtuosismo guitarrero y la base rítmica cargada de presencia son indiscutibles. Sin embargo puede adolecer de hacerse un poco largo y como ocurre con la tónica general, a los estribillos les falta algo para convertirse en himnos memorables.
El disco acaba con “Amanecer”, y es una buena de ponerle punto y final al primer trabajo el grupo. Si bien no es un tema donde domine el power metal que es donde se Brown Beast se mueve con más solvencia, tiene un trabajo melódico impecable. No solo eso, sino que sorprende de manera agradable, ya que comienza haciéndonos creer que vamos a oír una balada durante casi un minuto, para luego entrar en ritmos, riffs y sonoridades heavys. El personaje al que va dedicada la canción conclusiva de este trabajo es William Wallace.
A modo de conclusión diré que Brown Beast es una banda cohesionada y potente que ha hecho un primer trabajo excelente con su El camino del acero. No todo en él es perfecto. Tiene algunas pegas, como la ausencia de canciones de letras pegadizas, o que es un disco que requiere dos o más escuchas para apreciarlo en toda su magnitud, pudiendo dejar un poco frío en una primera escucha más superficial. En cualquier caso en la entrevista Brown Beast ya comentaban que creaban con honestidad, para ellos, y que si lo hicieran pensando solo en el gusto de los demás, probablemente el disco sería totalmente distinto.
Sin embargo tiene muchos elementos a su favor. Es power metal de calidad con todos los clichés típicos del género, con un toque personal y ejecutado con maestría. La base rítmica es sólida y potente, las melodías y los solos son de calidad, etc. También cabe destacar el gran trabajo vocal que realiza Víctor. Si juzgamos lo escuchado en este disco, se puede concluir que probablemente Brown Beast tiene un futuro prometedor por delante en el metal nacional.
Endika TL
