Sold out en La Riviera. Habiendo acogido a importantes artistas de rock internacionales, no es fácil para un grupo estatal conseguir un llenazo absoluto como este, por lo que confirmamos que una vez más, había muchas ganas colectivas de ver en directo a los de Gasteiz. Asi lo podríamos atestiguar las 2.500 personas (según aforo estimado de la sala) que nos encontramos allí.
Para caldear el ambiente previo se encargaban los titanes del thrash estatal Crisix. Hace un montón de años que acudí a un concierto de esta formación catalana. Por entonces hacían una gira en autocaravana y sin problema alguno pusieron boca abajo la sala de una capital de provincias con su show de ultrathrash: simularon freir al cantante en una silla eléctrica y demostraron ser unos músicos como la copa de un pino intercambiándose los instrumentos y atacando piezas magistralmente como multinstrumentistas. Salta a la vista que hay muchísimas horas de ensayo y amor platónico por el thrash detrás de sus conciertazos. Puntuales en La Riviera a la hora publicada a las 20:15 con una intro se presentaron desenfadamente: «¿¿¿Qué pasa Madrid???»
Empezaron a disparar con lo que el público necesitaba («World need mosh»), con los miembros de la banda sin parar de moverse y ametrallando con su base thrash demoledora. Sin tregua atacaron «Bring’em to the pit», tema con la que me recuerdan gratamente a Anthrax y S.O.D.
Como maestro de ceremonias, el cantante Juli Vaz «Bazooka» hace un papel incuestionable tanto técnica como emocion»almente, arropado por el huracán sónico que forman Marc «Busi» Busqué y Albert Requena a las guitarras, Pla Vinseiro al bajo y Javi «Carry» Carrión a la batería.
Juli Vaz indica que les hace una especial ilusión volver a Madrid, agradecen a S.A. ser la banda invitada y a continuación ejecutan un tema dedicado a todos los hdp que abusan de su poder: «Leech breeder». La siguiente canción es de su material más reciente, defendiendo que el odio es necesario, pero hay que saber usarlo: «Full HD», la cual va con rápidos flashes de luz que añaden espectacularidad al show. Con «Get out of my head», «Bazooka» orquesta una sentadilla: el público permanece en cuclillas y a la señal del vocalista, todos saltan poniéndose en pie recibiendo un chute de adrenalina. Sigue la participando en pogos en primeras filas.
La breve pero intensa «Raptors In The Kitchen» va sobre «Jurassic Park» y se ejecuta tras el tradicional cambio de instrumentos entre los músicos. Continuando con el cambio de instrumentos, el guitarra Marc «Busi» Busqué canta un medley de éxitos internacionales «Hit the lights» (Metallica) + «Walk» (Pantera) + «Antisocial» (Trust y Anthrax).
«GMM (Great Motherfucker)» es escenario de grandes saltos de los músicos, con el que «Bazooka» de nuevo a la voz, organiza un wall of death, recordando que hemos venido a divertirnos (no a hacer daño). Y para rematar el show, la canción bandera de la banda: «Ultra Thrash», al final de la cual el guitarra se sumergió en la marea de asistentes y un circle pit se forma alrededor de él. Esperamos que Crisix siga haciéndonos disfrutar muchísimos años más con sus espectaculares shows porque son la esencia más pura y espectacular del thrash en directo.
Siempre con la amenaza de la censura sobre las cabezas de los vitorianos, los S.A. vuelven a Madrid para dar unos de sus conciertos del tipo «seguro que salimos eufóricos». Suena «Ace of spades» de Motorhead como intro justo antes de saltar Soziedad Alkoholika al escenario con la intro de «Perra Vida» con gran recibimiento de público. Aparecen en escena Jimy e Iñigo a las guitaras y coros, Pirulo al bajo y Alfred Berengena a la batería. El último en salir es el cantante Juan, que cede parcialmente la voz ante la participación activa del público a la letra de las canciones.
El siguiente, el lúgubre «Pelota» es interpretado con luz roja como si S.A. y en especial el guitarra Jimy arpegiando, salieran del infierno. Para la rápida y corrosiva «Padre Black & Decker» tocan bañados en flashes ultrarapidos. Atacan el material más reciente: «Policías En Acción», en la que en el disco colaboró el ronco cantante de Napalm death, Mark Greenway, a las voces/gritos.
Tras una muy breve retirada, reaparecen con «Nadie». Hemos de señalar que en la sala predomina masivamente el fan algo más mayor (incluso abundan las cabezas pelonas sobre las peludas) que no entra en pogos, aunque se sabe las canciones y las corea con ganas. En las primeras filas, sin embargo, se suceden los pogos entre los que quieren un concierto más desatado y los vasos de plástico y líquidos de vez en cuando vuelan y caen sobre el respetable. «Tiempos Oscuros» se sucede con abundantes chorros de humos desde el borde del escenario y las cagadas sobre los muertos de los señores de los tiempos oscuros por parte de Juan.
«Politica del Miedo» en su versión más rápida, es aún más celebrada que las anteriores por el público. Sigue el rap metálico de «Sueños Rotos». «Palomas y Buitres» («Sin justicia no habra paz!!») despierta a los pocos amuermados que quedaban. Más humaradas sobre las primeras filas. Y más canciones esperadísimas de la banda: «La Aventura del Saber», «Estado Enfermo» y «Ratas». Para acentuar la singularidad de los breaks, el batería Alfred Berengena es bañado por los focos durante algunos de ellos. Esto me hace recordar al gran batería de S.A. Roberto Castresana, cuyo testigo a las baquetas cogió dignamente Berengena.
Recuperan un clásico que hacía más tiempo que no tocaban, como recordó el propio Juan: «Automarginao». Esta, un poco menos participada, pero el público afrontará la recta final como demonios: «Sin Dios Ni Na» hace levantar a todos el puño en alto. «Buenos Momentos», aunque sea un tema más lento y melancólico para la el grupo, hace que el público lo de todo. El rap metálico de «Peces Mutantes» pone a todos botando entre el humo y agitando los brazos contestando a Juan. «No Quiero Participar», es otro gran clásico de los más seguidos.
Una de las pistas del mítico diaco negro, «Shaktale» y la denuncia del acoso vivido en sus carnes de «Piedra Contra Tijera» hacen intuir el fin hasta los bises y efectivamente, el concierto concluye parcialmente aquí.
Soziedad Alkoholika regresan para los bises y Juan nos recuerda que S.A. cumplen 35 años de trayectoria. Interpretan «Cuando Nada Vale Nada» con tal seguimiento de los hinchas, que estos agitan las manos temblorosas tal y como suele hacer Juan en directo. Continúan con «Sorprendente», la del ilustre rockero de Carabanchel, acelerada por S.A. y pasada también por su tamiz de reggae. Y para terminar, la canción bandera del grupo: «Nos Vimos en Berlin», tan conocida que los seguidores corean también esa coletilla añadida de «Vivo Cantando» coreada por Juan.
Suena música enlatada para anunciar que el concierto ha terminado y los fieles seguidores se retiran, pero… ¡Atención! Juan anuncia que aún hay màs y lo parten finalmente con la skatalítica y rockera «Motxalo». Si S.A. ofrecen las más oscuras y corrosivas de sus canciones en concierto, por lo menos, no se puede decir que se vayan renunciando a su espíritu festivo.
Crónica por: Miguel A.R.
Fotos por: Charly Rock And Roll
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