Se prometía una noche muy especial en la sala Copérnico y a pesar de caer en 28 de diciembre no era cosa de broma: nada menos que los 25 años skatalíticos de Juantxo Skalari y compañía. Madrid sería el punto final de una gira que les había llevado por Europa, América y Asia. Chico inquieto y con inquietudes este Juantxo Skalari.
Con la máquina de hacer humo a un lado de la batería y la agradable cadena de clásicos del ska como Tools and the maytals, Bad Manners y demás monstruos musicales históricos se fue llenando la sala Copérnico. La próxima vez habrá que andar espabilado para conseguir los tickets, pues se habían vendido todas las entradas. Aforo completo en esta especial ocasión de ver en vivo a Juantxo Skalari & La Rude Band.
La intro elegida por los Skalari era en forma de cánticos colectivos de la madre Rusia, algo similar a lo que hacían Lendakaris muertos antes de empezar los suyos. Similitudes aparte, queda fuera de toda discusión que eligieron una gran canción, idónea para empezar el concierto: “A buen ritmo”. La banda ya empezó a tocar y cuando Juantxo saltó a escena bailando “a buen ritmo” sin parar ya tenía al público ganado en su mano, antes incluso de empezar a cantar. Siguieron con otro tema de denuncia acostumbrado en sus conciertos, “Oligarquía” y arropado por la dulce voz de Olatz Andueza, con la que la de Juantxo se complementa tan bien, interpretaron otro gran tema más reciente: “Contigo estaré bien”.
“Rude control” fue la siguiente, el homenaje al clásico de The Clash en castellano, “Remote control”, recuperando la letra y adaptándola a los nuevos tiempos. Se esperaba una colaboración estelar, pero no importó que no se produjera, porque fue el público de la sala Copérnico el que colaboró para corear “Fuego de revolución”. Ganas de pasarlo bien no faltaron y es que con muchísimo gusto fue recibido por todos el clásico “Todos los hintxas”; otro de los puntos más álgidos del concierto, y es que con “Todos los hintxas” los asistentes estaban volviéndose locos. La sección de viento, uniformada con polos de color rojo y gafas oscuras se posicionaron en primera línea en un momento dado para dar más dinamismo al tema. Por si fuera poco, en esta canción hubo un parón en el que la banda se agachó en la oscuridad unos momentos para continuar con más fuerza aún.
Sonó el sampler con el estribillo del clásico de The Selecter, “Too much pressure”, tema que precede en la pista original a la canción que sonó después: “Sarrera II” y cabe decir que este ultrapegadizo tema causó el delirio. Después tocaron “Puedo olvidar” y “Naturarekin bat” con el público dando palmas, tras las cuales siguió la melancólica “Ningún valor”, que compensaron con la alegre “La máquina ska” con el acordeón de Andueza.
Llegando el final de la interpretación de “Ruido” nos llevamos la alegre sorpresa de ver colaborando a las voces con Juantxo a Carmen, nada menos que la cantante del grupo valenciano Skaparapid, que cantó con Juantxo la siguiente: “En silencio”. “Despídeme”, cuya letra según explicó Juantxo, está inspirada en una memorable frase del poeta Miguel Hernández que dijo antes de morir por tuberculosis en prisión: “Adiós, hermanos, camaradas, amigos, despedidme del sol y de los trigos”, sirvió para que Juantxo fuera despidiendo el concierto. Despedida muy temprana, porque quedaban muchas más canciones, para disfrute de los congregados.
Para hacer el concierto aún más divertido y diverso, después de tocar la rápida y skatalítica “Somos un peligro”, dieron paso al momento más tranquilo llegó con “Partisana”, que contó con la colaboración a la tromba de una integrante de Ska Madrid Foundation, el acordeón de Andueza, contrabajo y Juantxo con la máquina anticapital de 6 cuerdas colgada. También con contrabajo tocaron la siguiente, “Pudo hacerlo”, canción surgida a raíz de un “poema de calle”, como el propio Juantxo los denominaba, ya que estos poemas podrían llegar a todo el mundo. Madrid Ska Foundation saltaron a las tablas para ayudar con el swing skatalítico que Juantxo grabará con The Kluba, “Nada terminó”. Como celebración del 25 aniversario de la vida en carretera de la música internacionalista y multicultural, tocaron la llamada por Juantxo “anticanción” que no deja de ser un temazo, “25 Non Stop”.
La traca final fue de órdago: si fue trepidante y grandísimo “Puto alcohol”, “Skalari Rude Klub” resultó más grande aún. No podía faltar “Vodka Revolución” con esas frases rusas que tanto nos gustan, ni por supuesto la fiestera “Jaia”, que nos invita a conocer los sanfermines (para un servidor ya requeteconocidos), mientras que “José república” nos devolvía al compromiso. Al final del imprescindible himno total, la llamada a disfrutar de la vida aunque tengas mal de amores, “Solo vivir” y como combinación equilibrada de compromiso y fiesta, y afirmación de que el espíritu de los rude boys será eterno, “Rudi Not Dead” representó el fin del conciertazo.
Juantxo y compañía saben combinar las canciones que llaman a la lucha con las que animan a divertirse y las canciones que demuestran solemnidad y compromiso con las que invitan a disfrutar de la vida. Sabe darle diversidad a su música y hacernos divertir con ella, además de ofrecernos una visión del mundo. Y sus conciertos no precisan de un gran montaje, se valen de sobra con grandes canciones ejecutadas con la misma pasión que se escribieron y una iluminación adecuada a cada momento del concierto. Conciertos los de Juantxo Skalari & Rude Club para recordar, sin duda.
Crónica por: Miguel A. R.
Fotos por: Sarri