30 de noviembre y una cita en Madrid, concretamente en la sala Cool Stage. Esa noche había quedado para disfrutar de dos conciertos: Sinaia, acompañados de Ciudad Zero.
La primera sorpresa fue la Sala: moderna, con sus sofás para los que se sientan y su amplia pista para los pogos que se esperaban.
Ciudad Zero fueron los encargados de calentar el ambiente que, poco a poco, fue recibiendo cada vez más público para dar calor a la banda mientras descubríamos los siguientes temas: “Aurora Roja”, “Carmaggedon”, “Your sword vs my dagge”, “Paranoia”, “El oscuro”, “Boat builders”, “Alma Ingobernable”, “Linoleum”, “Marionetas”, tema que pertenece a su videoclip oficial, y “Generator”. Para muchos fue una grata sorpresa, pues el grupo se desvivió sobre el escenario con sonidos muy cañeros que animaban a cualquiera.
Además, la calidad técnico-musical era evidente; pero si hablamos de evidente, era más que evidente que la fiesta había empezado con el listón alto, hasta que llegó Sinaia con su potente a la vez que melódica fusión rock-punk-metal y reventó el listón. Cuando nos quisimos dar cuenta, la sala estaba llena, el público dejándose la voz y los miembros de Sinaia disfrutando como enanos. Nos trajeron al directo temas de sus dos discos: del mismo que da nombre al grupo, en el que destaca los temas “En la pista”, “Coda”, “Columnas de Humo”, “Reinicio”, “Ciudadano Cliente”, “Buena suerte”, “Dentro”, “Verbo” y del último álbum, llamado “Presente”, del que tocaron temas como “Intento Perfecto”, “Hierro”, “Ojos cerrados”, “Vesania” y “Enero”.
Lo cierto es que tenemos una duda, no sabemos quién disfrutó más de ese concierto, si el público o los propios miembros del grupo, quienes nos contagiaron de locura en los temas más heavy a la vez que nos ponían tiernos con sus temas más melódicos como en “Buena Suerte”.
En definitiva, todo fue sobre ruedas: una sala ideal, un sonido nítido y profesional, una iluminación ideal, buena música, muchas cervezas, muchos pogos, buenos músicos y buena gente. ¡¿Qué más se puede pedir!?
Crónica por: Segundos Congelados
Fotos por: Juan Morillas