Jueves 22 de Junio
Las primeras impresiones una vez llegamos a la Caja Mágica son complicadas en tanto en cuanto hay una cola de aproximadamente un kilómetro que espera paciente el poder entrar al recinto y a pleno sol por la entrada de Camino de Perales. Por lo visto la situación en el acceso de Embajadores no era muy distinta y el resultado de todo esto es que a grupos que abrían el cartel de este día como por ejemplo Inmune, que empezaban a las 17.15h, resulta prácticamente imposible de ver ya que las puertas no las abrieron hasta casi las seis de la tarde. Una vez superada esta primera traba y ya dentro del recinto consigo ver los últimos coletazos de Kaothic, banda difícilmente clasificable pero con posibilidad de encuadrarla dentro del metal progresivo y que cuenta en sus filas con músicos de la talla de Alberto Marín. Con una trayectoria algo intermitente, reviven definitivamente con «Lights & Shadows» que es su último trabajo editado en 2015 y es precisamente con un tema de este disco, «Inmortal», con la que se despiden en medio de una auténtica tormenta de calor que los presentes resistimos como podemos. A eso de las siete y media llega el momento de estrenar el escenario uno, o Main Stage (que tiene más empaque) con los norteamericanos A Day To Remember. Con canciones tales como «2nd and Suck» o «Right Back At It Again» ya se nos ha hecho el oído a su Metalcore pesado que quizás tira más de la rabia de los guturales que del recurso de las voces limpias, lo que hace que no sean tan empalagosos como otras bandas del género. Nos traen buenos ejemplos de lo que es su último disco «Bad Vibrations» con la punkrockera «Paranoia» o «Exposed», mientras que abajo los escuchamos con atención a la vez que nos divertimos lanzado de un lado a otro las pelotas de playa que habían tirado desde el escenario. Se despiden en un tono más amable con «All Signs Point To Lauderdale» y «The Downfall of Us All» y arrojando camisetas al público como en un partido de fútbol americano. Buen estreno del escenario principal.
Es ahora el turno de los madrileños Jardín de la Croix, un grupo instrumental que ya viene coleando con fuerza desde hace tiempo y a los que tengo franca expectación por ver. Llego cuando apenas han comenzado y lo primero que me sorprende es que sean cuatro sobre el escenario, pues suponía que era una banda más numerosa la capaz de crear composiciones con semejante nivel de filigrana. Lo cierto es que es una cuarteto, uno de sus guitarras hace las veces de acertado teclista y el espectáculo es tan ameno como delicioso con temas del más puro y sofisticado rock progresivo con brochazos de Math Rock en sus iterativos e hipnóticos punteos de guitarra. Suenan «Seventeen Years to Hatch and Invasion», «Man Made Lightning» o la que es personalmente una de mis favoritas en mi particular descubrimiento del grupo, «Green Architec» de su último trabajo «Circadia», la cual tocaron en toda su inmensidad de matices. Con «Talking With Planets» despiden lo que ha resultado ser un concierto intenso y enormemente disfrutable, hecho para un público con la madurez musical suficiente como para apreciar una banda exclusivamente instrumental…o no, simplemente que estos chicos nos lo ponen muy fácil.
Cambiamos totalmente de registro al volver al escenario principal, de nuevo con una banda norteamericana. Son Five Fingers Death Punch y traen toneladas de hard metal en forma de una lluvia de decibelios que nos llegan incluso estando a una distancia considerable del escenario. Con una puesta en escena que rezuma barras y estrellas y que resulta tan efectista como sus propias canciones, tocaron tanto de su último trabajo cortes como «Jekyll and Hyde», «Wash It All Away» o la homónima «Got Your Six», como bombazos al estilo «Burn MF» (la cual nos pasamos coreando hasta incluso una vez acabado el concierto). Un verdadero handicap fue que no llevaran a su vocalista original Ivan Moody y que viniera Tommy Vext en su lugar, que si bien a nivel vocal pudo dejar algo que desear no fue así desde luego dando juego al espectáculo. Se despidieron con una versión de «The House Of The Rising Sun» y un público que se subía por las paredes después de semejantes cañonazos. Sin apenas tiempo de reacción venían los franceses Gojira al Main Stage 2, que ya de noche jugaron con una performance de luces y lanzallamas de lo más atractiva, tanto es así que nos atraparon desde el primer minuto con «Only Pain», de su magnífico último álbum «Magma». Continuaron con «The Heaviest Matter Of The Universe» haciendo lo que se espera con tal declaración de intenciones y siguiendo con otros cortes de «Magma» que destilan grooves más pesados y atmosféricos si cabe como es el caso de «Silvera», «Stranded» o especialmente «The Shooting Stars». El poder de Joe Duplantier sobre el escenario es tremendamente magnético, De puta madre , Madrid nos suelta, para acabar de despedirse con «Vacuity» en lo que ha sido un bolo tan intenso como breve.
Hay quienes ya están esperando desde hace tiempo en el escenario principal para coger sitio en lo que es uno de los platos fuertes del festival, Linkin Park, que atrae tanto a propios como ajenos en esto del mundo del metal; no es de extrañar entonces que aquello estuviera hasta la bandera. Con cierto escepticismo por parte de la que suscribe estas líneas, pues esta banda nunca ha sido santo de mi devoción, comienzan con «Talking To Myself» de su no demasiado celebrado último álbum «One More Light», editado hace escasamente un par de meses y que se puede etiquetar sin miedo a equivocarnos como electropop. Con «The Catalyst» empiezan a coger forma, así como con «Westland», tema en el que Mike Shinoda sale de detrás de sus teclados para comenzar la canción rapeando. «One Step Closer» es enormemente bien recibida entre el púbico y «Castle of Glass» no se queda atrás. Chester, que en un principio aparece con camisa negra y gafas de sol (un look muy a lo Risto Mejide) mejora considerablemente cuando prescinde de la camisa y luce su cuerpo tatuado, menesteres en lo que andaba yo inmersa cuando despierto de mi letargo con el hit «Breaking The Habits», con el que el personal rompe en saltos y vítores. Pese a una buena performance y un buen sonido, el espectáculo tiene un ritmo muy desigual que lo marca fundamentalmente el cambio entre las canciones de su época más nu metalera y la actual; no consigo resistir al combo melódico capitaneado por «Crawling», reversionada a piano y a capella, y tras ella marcho a ver a Dark Tranquillity en el escenario 3. A esta banda sueca de death metal con solera tenía especiales ganas de ver en directo, aún consciente de que me he subido al carro muy recientemente, más en concreto con su último álbum «Atoma». De este dieron buena cuenta tocando su tema homónimo que abre el disco, o la preciosa «Clearing Skies» y su seductora melodía de teclado que desafortunadamente se vio enturbiada por un sonido en el que los bajos estaban a un volumen en el que distorsionaban todo lo demás (algo que lamentablemente parecía ser una tónica habitual en el escenario 3). Mikel Stanne, un tipo con carisma, cambia de registro vocal con una facilidad apabullante pero con temas como «The Science of Noise» o «Where Death Is Almost Alive» tira de su faceta más cruda y rasgada. Con «Final Resistance» y «The Wanders at You» me siento más que satisfecha con la decisión tomada sobre decantarme por los suecos y doy por concluida la primera jornada del festival.
Crónica y fotos por: Elena O.B