Me sonaba conocida la cara de ese rockero pelilargo con una Gibson Les Paul y con una zapatilla con un color diferente una de la otra. ¿De qué conocía al frontman de Elisma? Pues claro, no era otro que Ismael Berengena, el personaje de Angus Young en ese grupo tributo de AC/DC con un sonido tan fiel a los australianos como son Black back band. El Isma y compañía (Rubén Berengena a la batería y Gerard Cantero a las cuatro cuerdas) cerraría de golpe muchas bocas de los que creen que los músicos de los grupos tributo no son capaces de crear buena música propia y ejecutarla jodidamente bien. Elisma es un grupo con dos discos y un tercero en camino cargado de fuertes influencias del mejor rock guitarrero, pero totalmente original y sugerente; y en este decimoséptimo aniversario de la Gruta 77 iban a darlos un buen repaso para dejarnos las orejas echando humo. Así pues, desde el principio “Mi escuela son las calles” mostraba la mejor escuela de los patrios Barón rojo y el sonido rocanrolero de los kanguritos. Le siguió la declaración de intenciones del Isma, titulada “Mi plan” que consistía en ser guitarrista rockero de éxito. Los siguientes disparos de los gerundenses fueron “La secta Ramón”, “Mundo inmundo”, “A contracorriente”, “El enemigo soy yo mismo” y “Torero en Finlandia”. Destacamos la estupenda instrumental “Velocirraptor”, que tocaron antes de “Aquí y ahora”. También sonó la canción de los orígenes del grupo, “Andar”, y “Percales”.
Elisma funcionan mucho mejor como recreadores del mejor rock guitarrero de la escuela AC/DC y Barón rojo que con canciones con mensajes reivindicativos machacones. De esta manera, “Pobres con wifi” aunque tenga una descarada influencia de los australianos, caló de forma más genuina, sincera y espontáneamente coreable que las anteriores más políticamente comprometidas como “Somos nosotros (Los que hacemos rock)” o “Calaña”.
Como broche dejaron para el final la muy emotiva “La gran jam” una estupenda canción que nos hizo imaginar un lugar del infierno donde los grandes rockeros caídos en combate como Bon Scott o Ronnie James DIO entre otros tocan las melodías rockeras que tanto nos gustan. ¿Os acordáis de “Concierto para ellos” de Barón rojo? Pues si queríais rock, con Elisma tenéis rock asegurado por los cuatro costados.
En la oscuridad, un hombre que ocultaba su rostro bajo una máscara de luchador mejicano y un pectoral musculado adquirido en una tienda de chinos se encargó de hacer la presentación del concierto número 53 de la banda en la Gruta 77 con gestos histriónicos. Era ni más ni menos que el batería del trío Mamá Ladilla, Abel del Fresno, que tendría una parte muy activa en la dinamización del aspecto más humorístico de la banda, mientras el entregado Sergio González lo daría todo a las cuatro cuerdas y a las voces. El gran cerebro artífice de la banda, el cantante y guitarrista Juan Abarca con camiseta de Jello Biaffra y armado con su Gibson SG cedería parte de su espontáneo protagonismo a sus compañeros con semblante a veces solemne y otras manifiestamente divertido. Los Mamá Ladilla empezaron con el vertiginoso juego de guitarra de la muy propicia para empezar el concierto “Letras guarras”, a la que siguieron el manifiesto egocentrista de “Obcequeitor”, y la filosófica “Naces, creces, te jodes y mueres”, alternando material reciente y antiguo con “Todo a sien”, “Cosas que joden” y “Janfri Güein”.
Para añadir más sustancia a la que ya aporta el reciente disco en directo oficial que la banda está presentando, titulado “Un bis y a la cama”, interpretaron grandes clásicos no incluidos en este trabajo como “La polla de mi jefe” y “Soy un fumador”. Particularmente cañero sonó el desmadre metalero de “Jamón beibe” entre “La paja” y “Sancho Panza del rock”. Dejaron espacio para las covers cachondas de salsa sabrosona como “Devórate otra hez”, rumberas chunguiteras como “Ay qué doló” o guiños cachondos al thrash de Slayer.
Interpretaron la canción más reciente “Locas” (no sabemos si a Abarca sólo se acercan locas, cuerdas o sólo medio desequilibradas, pero destacamos que había un gran número de chicas en este concierto. ¿La lírica cachonda de Mamá Ladilla ha calado entre las féminas como la poesía cabrera de Roberto Iniesta y Kutxi Romero? Huelga decir que no podía faltar el himno de la banda “Aparta papá”, y como anunció Abarca “ de papa a Papa y tiro porque me sale de los huevos”, Juan aprovechó la interpretación de “Surfin papa” para marcarse el papapapapapa de “Surfin bird” que cantaran The Trashmen (Y los Ramones, y los Cramps y tantos otros).
Nos atrapó el trepidante trabalenguas dicho a todo trapo sin tropezar de “Permanentemente pendiente” y destacamos como entre las más coreadas por el público de la Gruta 77 “Mi nave mix”, a la que siguió “Pobre principito”. También fue muy bien recibida la alegre “Primavera” a la que siguió la en mi opinión sobrevalorada “Cunnilingus postmortem”. Muy coreado y bailado por toda la sala fue el pegadizo estribillo de “Vamos a practicar el medievo con tu ano” de “Sucedió en Beckelar”, antes de que el trío se retirase de las tablas. Pero, oh sorpresa, volvieron a aparecer en escenario para regalar unos bises, al fin y al cabo la Gruta 77 se los había ganado: una simpática interpretación instrumental del tema de “Verano azul”, a continuación la muy solicitada por la sala “Chanquete ha muerto”. Y como colofón final el agresivo y guarrindongo “Ataca” del primer disco de la banda, con el registro más bronco de la voz de Abarca y un poco más prolongado para disfrute y eyaculación de los presentes. En resumen, fue una noche de lujo a cargo dos grandes power tríos para celebrar el 17 aniversario de la Gruta 77. Brindemos o bebamos como cerdos por muchos más aniversarios de la Gruta con señores grupazos como estos.
Texto por: MiguelA.R.
Fotos por: Luis Miguel del Campo
