InicioCrónicas de conciertosZÅLOMON GRASS - SALA FUN HOUSE (ENERGÍA CÓSMICA ADICTIVA)

ZÅLOMON GRASS – SALA FUN HOUSE (ENERGÍA CÓSMICA ADICTIVA)

Este apasionante trío que procede de Vigo, Zålamon Grass, y que va a más con show, volvió a deslumbrarnos en otra noche memorable, que disfrutamos de principio a fin, a pesar de los restrictivos horarios de una sala que depende de un edificio comunitario y no deja lugar para ejercicios extras.

Descubrimos a esta formación el pasado año y en cuanto nos enteramos de su visita a la capital, en esta misma sala, decidimos acudir a su encuentro para comprobar su sencilla pero apabullante puesta en escena, que te engancha y no te suelta hasta el final del concierto. Con dos EP y un larga duración a sus espaldas, Zålamon Grass presenta un bagaje más propio de bandas ya consolidadas, atesorado con su experiencia en combos anteriores. Aparte de girar por casi toda la península, pueden sacar pecho de haber participado en el mítico Festival de Jazz de Montreux.

Gabriel McKenzie (ex Spoonful) a la voz y guitarra, David Rodd (ex Karma Animal) al bajo y coros, y Mauro Comesaña a la batería, que comparte tareas con su otra banda The Soul Jacket, ahora en estado de reposo, son carne de directo, donde expresan su pasión por la música y por los sonidos retro y psicodélicos de épocas pretéritas, donde cohabitan el hard rock, el rock clásico y el blues.

Arrancaron con “Back Where I’m From”, el último corte de su primer EP «The Four Track EP From The Live Session At Radar Estudios» y “Cops on the Rof”, enchufadísimos desde el primer momento.

“Don’t Le Me Go”, era el corte que cerraba su primer y brillante LP «Space Opera», y primero de los que asomarían de dicho disco, pues dieron buena cuenta de él tocándolo en su integridad. Una composición que muestra su lado más psicodélico y experimental, creando pasajes más cálidos y reflexivos.

Tras “Thing of the Young”, llegaba “Heard it On the News” rebosando rythm & blues por los cuatro costados, en una sala impregnada del color rojizo de unas luces que no ofrecían más variedad cromática. Un teclado les haría subir un peldaño más en este reencuentro con los sonidos setenteros.

“All Hands On Deck” ponía un poco de pausa en su primera parte, para ir ganando en complejidad e intensidad según avanzaba su desarrollo, introduciendo ritmos funk y reforzando su sonido con juegos de voces y coros.

“Cosmic Relief” es un temazo en toda regla, que rezuma Jimy Hendrix por los cuatro costados y que bebe de las fuentes del rythm & blues y del rock and roll. Zålamon Grass daba paso después a “Private Show”, pausando un poco el show a ritmo de soul y blues, una de las canciones que se encuentra en «The Four Track EP From the Live Session» At Radar Studios, siguiendo en esta línea con una más reciente “Too Late Now”.

“Moonglasses”, de su segundo EP ‘Three Hundred Years’ ponía fin a esta parte más intimista, para volver a jugar con las voces y a distorsionar la guitarra con “Goove to Prove”.

Con “Once Again” seguían por su vena más psicodélica para continuar por una senda más hard rockera con ““Harder to Rise”. Una intensa y enérgica “Badstock” de «Four Track EP», nos encaminaba hacia el final de la actuación con el power trío en pleno éxtasis. Su directo podemos calificarlo como cósmico y electrizante, llegando Gabriel a romper una de las cuerdas de la guitarra, que por la soltura y rapidez en la forma de cambiarla, intuimos que debe ser algo frecuente.

Que mejor forma de terminar que con “The Drill”, un tema lisérgico y adictivo que te atrapa desde los acordes iniciales y que incluyen unas guitarras punzantes y afiladas, mientras que la batería te machaca sin descanso. El único detalle que nos incomodó fue ver al responsable de la sala intentando que los músicos le mirasen para que cortasen la actuación, pues se pasaban un minuto del tiempo establecido. Cuando ves a un guitarrista en pleno éxtasis apurando sus últimos riffs y al levantar la cabeza observa que le están haciendo el gesto de una tijera cortando, te da un poco de bajón, aunque debemos asumir que algunas salas que se encuentran en edificios comunitarios tienen que respetar unos estrictos horarios en aras de la convivencia.

Tras salir de la sala nos fuimos con las mismas sensaciones de la primera vez que los vimos. Zålamon Grass son una de las propuestas más estimulantes que han salido en el panorama del rock nacional en los últimos años y sus conciertos son una experiencia que hay que vivir en tus propias carnes, porque vas a disfrutar de un viaje sonoro rico en matices y con guiños a esos grupos que en los setenta se desenvolvían con unas desenfrenadas actuaciones en directo. Estamos ante unos músicos que se entregan y que saben transmitir las mejores sensaciones con una música intemporal y sugestiva. Deseando estamos de comprobar que nos tienen preparado con su nuevo trabajo que saldrá después del verano.

Crónica y fotos por: José Luis Martín

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