Teníamos mucha curiosidad e interés en comprobar cómo estaba desarrollándose y evolucionando la elaboración de la cerveza artesana en Lanzarote, la isla más oriental del archipiélago canario y tercera más poblada, tras Tenerife y Gran Canaria. Añadiendo un par de datos culturales, podemos destacar que su nombre se debe al navegante genovés Lanceloto Malocello, quien la visitó en el primer tercio del XIV, y que en 1993 fue declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO.
Y para allí nos fuimos, donde nos esperaba un buen amigo conejero (que quiere conservar su anonimato), y que iba a ser nuestro guía y conductor por las entrañas de esta tierra volcánica, que suponía una ruta alternativa, fuera del circuito turístico que ya habíamos conocido en nuestras dos visitas anteriores.
Después de informarnos de la ubicación y la cerveza existente, nos encaminamos hacia nuestra primera visita en Arrecife, a la fábrica de la cervecera Nao, situada en el barrio marinero de Puerto Nao, de donde toma su nombre. Tras su puerta azul celeste, que anteriormente fue un taller de redes de pesca, una ferretería y hasta el local de ensayo de un grupo de rock, funk y pop, llamado Cumbia Ebria, se encuentran los entresijos de esta cerveza artesana.
Allí nos atendió el maestro cervecero Manuel Sánchez, que nos estuvo enseñando la pequeña fábrica, con la maquinaria que utilizan, mientras nos comentaba que las instalaciones se les habían quedado pequeñas y que en un futuro no muy lejano buscarían otra ubicación.
Nao comenzó en 2015 de la mano de Miguel Lasso, publicista de profesión, que tras elaborar cerveza en casa se formó en el Instituto de la Cerveza Artesana de Barcelona, contando como socios con Alejandro Acosta, Rubén Acosta y Elena Ángel.
Todos los nombres de sus cervezas giran en torno al mundo marinero, denominando a su taproom con el nombre de “El Camarote”. Allí se pueden tomar cañas, pintas o botellas de 33cl y 75 cl, en horario de tarde de martes a jueves, y de mañana y tarde los fines de semana.
Realizamos una cata de cuatro de sus variedades:
- “Marinera”, una Blonde Ale de 4,8 % grados, de amargor medio, con tres maltas y cereales locales. Recientemente ha sido galardonada con la medalla de Bronce en el Barcelona Beer Challenge 2023.
- “Capitán”, una American Pale Ale de 5,5% grados, con lúpulos americanos y alemanes, tres maltas y grano de las Islas Canarias. Fue la primera que elaboraron en sus inicios.
- “Mucho”, una IPA de 6,5 % grados, con tres maltas y mucho lúpulo. Esta cerveza se ha llevado la medalla de oro en el Barcelona Beer Challenge, como la mejor English IPA de España 2023.
- “Black Patron”, una Black IPA de 7,5 %, con maltas tostados, lúpulos equilibrados y gran bebilidad.
Otras cervezas que tienen disponibles son: “Hoppyness”, una Hopy Lager suave, sin gluten y de solo 4,2% grados de alcohol, “La Gloria”, una Berliner Weisse, ácida, con bajo amargor y con 3,8% grados, “Not Exactly a Neipa”, una New England Pale Ale, de alto amargor, 4,5% grados y realizada en colaboración con la Cervera del Reino Unido, Mondo Brewing (Londres), “Lanzarote”, una Golden Lager con un toque de dulzor de miel, amargor medio aportado por el lúpulo mosaic, sin gluten y con 4,2% grados, “Muchísimo”, una doble IPA, con mucho amargor, cuerpo medio-alto y 6,8% grados de alcohol, no apta para principiantes, y “Roja”, una Volcanic Red Ale con dulzor inicial y acabado seco y sutil a malta tostada y caramelo toffee, con 5,5% grados y sin gluten.
Nos llevamos para probar en casa “Maresía”, al no tenerla pinchada, una Volcanic Grape Ale de 8% grados, realizada en colaboración con la bodega Vulcano, y que añade a la malta y el lúpulo del centro de Europa, la uva malvasía volcánica. Es una cerveza muy limitada, realizando 3.000 botellas numeradas con la vendimia de cada año. Una auténtica delicia, muy equilibrada y consiguiendo dejarnos muy buenas sensaciones por esa combinación tan acertada de la malta, el lúpulo y la uva característica.
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La segunda fábrica que visitamos fue Cervezas Malpeis, situada en la plaza de San Roque, nº 3, en la localidad de Tinajo. Poseen un precioso local, de estilo minimalista, que cuenta con un taproom, con cinco grifos, una nevera con botellas, una amplia terraza con vistas y la fábrica en el piso inferior. Su horario es de tarde los martes y miércoles y funciona desde el mediodía de jueves a sábado.
Abrieron en febrero de 2016 después de un par de años de trámites burocráticos, los lanzaroteños Orlando Niz, tenor y maestro cervecero, y Tania Delgado, ingeniera agrícola y enóloga. A él desde un hotel en Finlandia, se le ocurrió investigar por su cuenta el proceso de elaboración de cerveza, y desde un garaje en Lanzarote empezó a experimentar, mientras que ella tras terminar su trabajo en una bodega, comenzó a elaborar cerveza, realizando también un curso en la Cámara de Comercio, donde la ayudaron en la elaboración de un plan de negocio, para dar viabilidad económica al proyecto.
Su maestro cervecero Miguel Jáuregui fue el encargado de enseñarnos toda la fábrica, mostrándonos toda la maquinaria, los tanques de fermentación, la embotelladora y el proceso de elaboración, además de contarnos su experiencia anterior relacionada con el mundo de la cerveza.
El nombre que tienen sus cervezas está relacionado con los colores de las arenas o tierras de Lanzarote: Jable es la arena blanca presente en las playas de las islas, Bermeja es el color rojizo que da nombre a la tierra de Lanzarote y Rofe es la ceniza volcánica o lapilli.
Lo primero que hicimos fue una cata de las cinco variedades que tenían pinchadas:
- “Jable”, una Blond Ale de 5,3% grados, de color dorado, ligera, bajo amargor, aroma a cítricos y tomillo, resultando muy fácil de beber.
- “Bermeja”, una Red IPA de 6,7% grados, de color rojizo, con espuma cremosa y persistente. Amargor intenso y afrutado con matices a melocotón y albaricoque, que no da la sensación de su nivel alcohólico. Sin lugar a dudas fue nuestra preferida en la cata.
- “Rofe”, una Bock de 7% grados, de burbuja fina y cremosa, con sabores a café y tofe procedentes de sus maltas tostadas, con notas de plátano y caramelo. Muy bien equilibrada y con más cuerpo que el resto.
- “La Fresca”, una IPA de temporada, con 4,5% grados, muy aromática con sabores cítricos y tropicales, de carbonatación media y algo turbia, con amargor moderado y haciendo honor a su nombre, muy fresca.
- “Pa’ las risas”, una IPA de 5,8 % grados, con algo más de cuerpo y de lúpulo que la anterior.
La carta que tienen para picar nos pareció muy interesante y variada, con papas, nachos, fingers, falafel, tomates aliñados, etc. Cuentan además con distintas tablas de quesos y embutidos, conservas, sándwiches y hamburguesas. Nosotros nos decantamos de estas últimas por el Bock-Adillo, que incluía carrilleras cocinadas con cerveza Rofe, cebolla caramelizada, rúcula, pimientos del piquillo y queso semicurado, una delicia!
La conversación con los artífices de esta aventura y pasión cervecera, se prolongó hasta primeras horas de la tarde, en una fluida, amena y divertida charla, bien acompañada por sus cervezas especiales, y emplazándonos a una nueva visita el año próximo.
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Intentamos ponernos en contacto con Dos Cabras, la tercera fábrica de cerveza de la isla, al permanecer cerradas sus instalaciones mientras estuvimos allí, pero no recibimos respuesta tras nuestras llamadas telefónicas y whatsapps.
Texto y fotos: José Luis Martín
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